¿Sabéis que de los árboles se saca papel? ¿No ? ¡Pues oíd esta historia!
Había una vez en el un bosque dos árboles pequeñitos, pequeñiiitos, que hablaban entre ellos. Uno, que era muy creído, le decía a otro:
—Yo, cuando sea mayor, quiero convertirme en papel de cuaderno elegante, para que lo use un pintor muy famoso, como Picasso, y así duraré para siempre.
—A mí me da igual —le contestaba el otro—, si quieres que te diga la verdad, preferiría que no me cortaran y seguir siendo árbol para siempre.
Fueron creciendo y un día el presumido le dijo:
—Mira, yo he crecido más que tú y tengo las ramas más largas y fuertes, en cambio tú estás un poco escuchimizado...
Y el otro le contestó:
—Me da igual, para mí lo importante es disfrutar del agua, de la nieve, de los pajarillos que se posan sobre mí...
Llegaron los taladores, que son los que cortan los árboles, y les miraron a los dos y dijeron:
—Cogeremos al grandote... al escuchimizado déjalo que crezca un poco más.
Total, que cortaron al chulo y, mientras lo cortaban, le iba diciendo a su amigo:
—Ya verás que de mí hacen el mejor papel, ¡con lo guapo que soy!
Se lo llevaron en el camión con otros árboles y les iba diciendo:
—Con la calidad de madera que tengo, seguro que me espera el mejor destino, una agenda de ministro, por ejemplo.
Y los otros le decían:
—A ver si te callas, que suficiente pena tenemos ya con que nos hayan cortado.
Llegaron a la fábrica de papel y los empezaron a distribuir: unos al sector A, otros al B o al C. Al presumido le tocó el sector A e iba diciendo:
Llegaron a la fábrica de papel y los empezaron a distribuir: unos al sector A, otros al B o al C. Al presumido le tocó el sector A e iba diciendo:
—El A, seguro que es el número uno, ya lo estoy viendo. ¡Me espera la gloria!
Le metieron en unas cubetas y empezaron a cortarle en trozos pequeños y a amasarle, hasta que salió por un tubo convertido en pequeños rollos de papel. Todavía se creía que era el mejor cuando de repente se vio reflejado en un espejo y se le cayó el alma a los pies porque...¡se había convertido en papel higiénico!
Y es que los chulos a veces se merecen un escarmiento.
"Cuentos para contar en un minuto". (Victoria Bermejo y Miguel Gallardo). Editorial RBA bolsillo, 2002.
1 comentarios:
que chulo
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