Estimado señor profe:
Le escribo estas cuatro letras tras haberle oído en una ocasión algunos comentarios bastante críticos con el mundo del fútbol, tanto en lo que se refiere a la actitud de los medios de comunicación como al comportamiento de algunos jugadores, técnicos y aficionados.



Veo también que las cosas se están sacando de quicio con este deporte. No sólo los jugadores emigran al olor del dinero (y los entrenadores), si no que no hay trabajo de cantera, se repite el espectáculo más que el ajo (he llegado a ver el mismo gol de la jornada más de 50 veces en las televisiones), se busca sólo ganar y al precio que sea, en los estadios hay demasiado cretino suelto y yo –que soy un tipo educado porque mi familia y mis profesores así me enseñaron- cada vez me veo más incómodo en las gradas de un campo de fútbol, rodeado por unos desconocidos que se dicen de mi mismo

Le cuento todo esto porque tengo un chavalín al que he inculcado mi amor por el fútbol y le gusta practicarlo, pero hace un par de semanas lo llevé al campo en un partido oficial y él mismo me dijo, cuando no llevábamos ni media hora, que se quería largar de allí, que había demasiado ruido, que sólo oía insultos y tacos por parte de muchos espectadores y que por la televisión todo era mucho mejor. Y me fui, claro. No sé si será un chaval inteligente (aunque lo parece) o no, pero su reacción me llegó al alma. Y ya no sé, francamente, si seguir yendo al campo a escondidas, sin que él se entere, decirle que tiene más razón que un santo o explicarle que él todavía es demasiado pequeño para entender lo que allí vio y oyó. (Hasta tuvo lugar una pelea a varios metros de donde nos encontrábamos. Como ve, el debut del niño en las gradas de un campo de fútbol de primera división fue todo menos gratificante).
Estamos matando algo bello, o lo estamos ensuciando o yo que sé, porque a mí me encanta el fútbol. Sólo quiero contárselo porque sé que esta carta no me la publicarán en el AS o el MARCA (¿no cree usted que las televisiones y radios deberían informar menos de fútbol y más de otras cosas?) y porque sé que usted comprende mi postura y dilema actual. O sea, que estoy hecho un lío con el chavalín y con el bendito/maldito fútbol, señor profe…
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